martes, 17 de noviembre de 2009

CATEDRAL NUESTRA SEÑORA DE LA POBREZA



La Catedral de Nuestra Señora de la Pobreza de Pereira es el templo jerárquico de la Diócesis y el ícono cultural de la ciudad, esta construida sobre los cimientos de la antigua iglesia de la ciudad de Cartago que permaneció en esta población desde 1540 hasta 1691, abandonó el terreno desplazándose al occidente que es donde actualmente se encuentra; cuando refundaron Pereira en 1863 utilizaron el mismo trazado de la antigua ciudad colonial por lo tanto la catedral ha sido un epicentro religioso desde 1540.

El valor patrimonial de esta iglesia lo confirman los hallazgos arqueológicos que se evidenciaron en las excavaciones realizadas para la reconstrucción del templo después del terremoto del 25 enero de 1999 que le dio a los pereiranos un redescubrimiento de su historia pero ahora con un soporte arqueológico para todos los cronistas e historiadores.

La Catedral de Pereira concibe además una compleja estructura de 13 mil piezas en madera de comino crespo que sostienen su cúpula, su construcción en ladrillo a la vista, sus capillas, monumentos religiosos, hallazgos arqueológicos y su ancestral historia hacen que sea sitio de visita obligado para todos los turistas.












HISTORIA DE PEREIRA

El reencuentro con la historia de Pereira significa entrar hoy a la ciudad sin puertas y aún dejarse atrapar por el halo del ayer de la aldea y el presente de la urbe. Una ciudad y un entorno regado casi religiosamente todos los días por el agua, donde el intenso verde de la vegetación y el café todavía engalanan pendientes y ondulaciones de las montañas. La lluvia providente, el manto fértil de ceniza volcánica de la tierra, la altura sobre el nivel del mar (1411 metros), el clima templado (21º C. promedio) y los bosques de niebla desgajados de las faldas de la cordillera Central, se conjugan para hacer de Pereira una confluencia de tránsito de personas, empresas y comercio que se resiste a perder la bulliciosa vida en las inmediaciones del parque Bolívar, corazón de la ciudad, y a desplazar su centralidad parroquial bajo el galope alado del Bolívar desnudo, representante del cosmopolitismo y del espíritu libre y comercial de sus gentes. El amarrillo y el rojo identifican la bandera, y el himno es una oda a la gesta de la colonización, a la libertad y a la belleza de sus mujeres.

En los orígenes, Pereira era una mixtura de las colonizaciones caucana y antioqueña del siglo XIX. No obstante, si su historia ha de remontarse a 1540 cuando se fundó la ciudad de Cartago en las inmediaciones del actual centro de la ciudad, el reencuentro con su devenir traza una línea de rupturas y continuidades hasta la conquista y extinción de los Quimbayas y Carrapas del territorio. Hasta la refundación de la ciudad en 1541 y la posterior muerte de Jorge Robledo a manos de Sebastián de Belalcázar. Hasta las juntas de los indígenas (1542 y 1557) contra los encomenderos para escapar del pago de los tributos y los malos tratos. Hasta la explotación de sal del río Consota y la profanación de tumbas indígenas por parte de los españoles con el fin de extraer el oro y fundirlo. Una historia de resistencias que aún está por contarse y que se enlaza. Alrededor del año de 1683 la advocación de la virgen cambiaría definitivamente a la de Nuestra Señora de la Pobreza. Reza la tradición que en los primeros años del siglo XVII a la lavadora de ropas María Ramos, en las márgenes del río Otún, se le había aparecido la virgen en el lienzo de un viejo cuadro perteneciente a la comunidad de los franciscanos
Los primeros cincuenta años del siglo XX y en particular los años veinte de esta centuria se reconocen como la “década prodigiosa” en Pereira por la urbanización y el comercio que hicieron dar el primer salto de aldea a ciudad.